Época: Arte Español Medieval
Inicio: Año 1150
Fin: Año 1250

Antecedente:
Una excepción monumental: Las Huelgas

(C) María del Carmen Muñoz Párraga



Comentario

Al sur de la iglesia se alza el claustro de San Fernando. Sus pandas se abrían al patio interior por arcos apuntados, que volteaban sobre columnas con capiteles de crochets. De todos ellos sólo se conservan tres, ubicados en el ángulo noreste, junto a la capilla de Belén, ya que los demás se macizaron con un muro, por amenazar ruina, en una reforma del siglo XVII. Se cubre con bóvedas de ladrillo de cañón apuntado, dividido por arcos fajones que apoyan en ménsulas de ornamentación vegetal. En los plementos de dichas bóvedas todavía se conservan fragmentos de yeserías, de tradición hispanomusulmana, con decoraciones de lacerías, atauriques, temas vegetales, epigráficos y motivos heráldicos, con restos de la policromía original.
La Sala Capitular, una de las mejores construcciones del monasterio, se comunica con el claustro de San Fernando por tres vanos; los laterales, en arco apuntado y de medio punto el central. Cuatro soportes la dividen en tres naves de igual altura, cubiertas por nueve tramos de bóvedas de ojivas. Dichos soportes están constituidos por un núcleo central cilíndrico al que se adosan ocho columnillas, cuyos capiteles, como los de los arcos de la entrada, quedaron sin tallar.

Las tradiciones francesas en Las Huelgas son claras: elementos aquitanos en la cabecera, angevinos en las bóvedas de las capillas laterales; o bien influjos indirectos de Borgoña o del Norte de Francia. A pesar de todo ello, existe una gran unidad tanto en lo arquitectónico como en lo decorativo. Asimismo, no sólo se recogen tradiciones francesas, sino que también se pueden establecer semejanzas con otros edificios españoles coetáneos, como las catedrales de Sigüenza y Cuenca, o monásticos como Santa María de Huerta.

Para concluir, y en relación con la cronología de Las Huelgas, hay que decir que el grueso de las obras se inició en el primer cuarto del siglo XIII (1220-1225). A partir de estas fechas hay que considerar una primera campaña unitaria que responde a las características del gótico pleno. En ella se acometen las obras de la iglesia, claustro de San Fernando -con sus dependencias- y atrio. Dichas obras estarían concluidas, o muy avanzadas, en el último tercio del siglo XIII, pues en 1279 el obispo de Albarracín, don Miguel Sánchez, consagra iglesia, atrio y cementerio, a la vez que la capilla de San Juan. A todo esto hay que añadir que en este mismo año tuvo lugar el traslado de los cuerpos de los fundadores, desde la capilla de la Asunción a su emplazamiento definitivo en la nave central de la iglesia.

Este plan, concebido en tiempos de Fernando III, se ha mantenido hasta nuestros días, salvo algunas alteraciones que tuvieron lugar en el siglo XVII. Entre ellas destaca la realización de un claustro alto, cuyas obras fueron costeadas por Ana de Austria, abadesa de Las Huelgas entre 1611 y 1629, para lo que fue necesario macizar las arcadas del claustro.